Edificio de Sociedad Protectora de empleados de Tarapaca. Iquique - CHILE
Iquique empieza a desarrollarse en la primera mitad del siglo XIX gracias a la explotación del salitre que se embarca de su puerto. El año 1830 marcó la fecha del primer envio de salitre hacia Europa y el inicio de Iquique, entonces peruana, como entidad propiamente urbana. En 1883 Iquique está incorporada definitivamente a la República de Chile y hasta 1920 vive la época de gloria del salitre. Era la "capital del salitre"y el primer puerto de Chile en 1900, recaudando 4,10 veces más que Valparaiso para las arcas fiscales. Tenia también un presupuesto municipal per capita de 2,38 veces mayor al de Santiago.
La prosperidad vinculada al auge salitrero favorece el desarrollo de actividades sociales que se traduce por la construcción de clubes sociales, generalmente de colonias extranjeras, y sedes de agrupaciones gremiales, las que rivalizan a través de sus edificios para mostrar su importancia y su poder.
Los movimientos sociales nacen en la segunda mitad del siglo XIX con el objetivo de regular las relaciones laborales. Es en este contexto que en 1891 un grupo de iquiqueños funda la Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá. Frente al crecimiento de sus actividades se decide edificar la sede social de esta sociedad iniciándose su construcción en 1911 y acabándose en 1913, todo bajo la dirección de don Miguel Retornano. Es uno de los primeros edificios sindicales de Chile.
Para la construcción del edificio se elige el lugar más destacado de la ciudad: la plaza Prat al lado del Teatro Municipal, con lo cual forma un conjunto muy unificado por la altura y el estilo clásico de sus fachadas. El edificio de la Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá es el único edificio de albañileria de ladrillos considerado como patrimonio arquitectónico iquiqueño.
Se trata de una construcción rectangular de dos niveles de inspiración clásica con fachada simétrica y armoniosa. Pilastras acapiteladas sostienen el cornisamento superior y constituyen a media altura una cornisa que sirve de apoyo a los balcones del segundo piso. En la fachada principal se nota una canteria y un antetecho moldurado adornado por copones que rematan las pilastras que lo estructuran. La armadura del techumbre es de pino oregón, la cual está cubierta de tejuelas estampadas de fierro galvanizado. Los cuatro faldones de fuerte pendiente del techo alojan las mansardas alumbradas por ventanas de anchos marcos circulares recordando el estilo neorenacentista francés de fin de siglo. En el interior cabe notar el rico artesonado del hall del primer piso y la fina decoración de los salones del segundo nivel.
El edificio está en buen estado general y aloja hasta el día de hoy el centro social de la Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá.